Angélica Lugo, UVL / Gran Caracas
El sábado 11 de mayo, pasadas las 7 de la noche, a los familiares de los presos que estaban detenidos en la Subdelegación del Cicpc de Los Teques les tomó por sorpresa los traslados masivos de reclusos.
A esa misma hora funcionarios de la policía científica destacados en esa subdelegación de la policía científica enviaron mensajes y notas de voz a sus colegas para pedir refuerzos, pues los internos lideraban un intento de fuga.
Sin embargo, los familiares de los privados de libertad que hablaron con Una Ventana a la Libertad aseguran que se trató de un motón pues los reclusos protestaban para exigir traslados a centros penitenciarios.
Una de las mujeres explicó que los traslados arbitrarios se extendieron hasta las 2 de la mañana del domingo 12 de mayo. Fue en la sede de la Comandancia General de la Policía del Estado Miranda en donde los funcionarios del cuerpo de seguridad estatal leyeron las listas de reos para informar a qué calabozos policiales fueron trasladados.
El hijo de esta mujer, que está preso desde el 14 de marzo de este 2019 por el delito de robo robo agravado y robo de vehículo, fue trasladado a la sede de Polimiranda que está ubicada en Charallave. Por la misma causa está privado de libertad un amigo de su hijo, de quien la mujer también se ha hecho cargo.
Al otro preso lo trasladaron a la Subdelegación del Cicpc que está ubicada en la urbanización Simón Rodríguez de Caracas.
“Estoy a cargo del amigo de mi hijo porque su mamá es una mujer muy humilde. Yo vivo en la vía a Tejerías y ahora me toca bajar a Charallave y a Caracas para llevarle comida a los dos. Los funcionarios del Cicpc le pegaron a varios de los muchachos. Mi hijo tiene el ojo derecho hinchado y le pegaron hasta en las costillas”, expresó.
Los parientes de los reclusos que fueron trasladados a distintos centros de detención preventiva expresaron a Una Ventana a la Libertad que no quieren que sean trasladados de nuevo a la Subdelegación del Cicpc de Los Teques. Denunciaron que en esa policía, además de maltratarlos, los calabozos están ubicados en sótanos que no tienen acceso a la luz del día.
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