Equipo UVL Guárico
Hember Miguel Ángel Flores, joven de 22 años, es uno de los dos reos que recibió impactos de perdigones a quemarropa hace más de nueve meses, por un funcionario de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), en un presunto motín ocurrido en la sede del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de San juan de los Morros, Guárico, el pasado 16 de septiembre de 2019.
Deixic Castro, madre de Flores alertó este viernes 26 de junio, el delicado estado de salud en el que se encuentra su hijo, quien ya perdió la visión de su ojo izquierdo y está afectado de su ojo derecho, lo que podría dejarlo sin el sentido de la vista por completo. Esto al no contar con la debida atención, mientras permanece recluido en el Centro de Detención Preventiva (CDP) de la Subdelegación del Cicpc, en San Juan de los Morros.
Flores estuvo por más de 20 días en el hospital Israel Ranuárez Balza, de la capital guariqueña, luego del motín, donde también resultó herido otro recluso, Juan Aguirre, quien perdió la vista en sus dos ojos y de manera extraoficial se conoció que recibió una medida cautelar de casa por cárcel.
El hijo de Castro no contó con la misma suerte y luego de una intervención quirúrgica en la que extrajeron parte de los proyectiles (16 perdigones) alojados en su ojo izquierdo, volvió al CDP de la policía científica en San Juan, donde empeoró su condición de salud.
Castro recordó que a principios de año a su hijo le practicaron una tomografía y fue diagnosticado con una infección ocular. A pesar de su estado, no tiene una atención adecuada. Deixic explicó que a diario su hijo requiere un lavado de los ojos cada 3 horas y la aplicación de unas gotas, más antibióticos, pastillas para la fiebre y el dolor, medicamentos dificiles de adquirir por ella, debido a los costos elevados.
Niegan medida humanitaria
Con la esperanza de salvar su ojo derecho, la madre de Flores a traves de su abogado, solicitó en dos oportunidades una medida humanitaria al Ministerio Público (MP) y ambas fueron negadas.
Flores fue sentenciado a once años y ocho meses de prisión, por homicidio calificado con alevosía y tiene al menos dos años y cuatro meses en el Cicpc de San Juan de los Morros. “Él asumió la culpa, porque cree en la justicia venezolana”, enfatizó Castro.
En lista de traslados
La preocupación de la madre de Flores aumentó desde este jueves 25 de junio, luego de enterarse que su hijo está en una lista de traslados a la Comunidad Penitenciaria Fénix, en el estado Lara.
“En otras circunstancias yo hubiese sido la más interesada que lo trasladaran a una cárcel, para que él redimiera su condena, pero así como el está no lo acepto”, señala Deixic, quien reitera que en las últimas horas su hijo presenta fiebre alta y fuertes dolores en sus ojos.
“Si el traslado fuera para la 26 de Julio yo lo aceptara, pero para Lara (Fénix); si me cuesta sacarlo del Cicpc al hospital, imagínese por allá lejos. Además del pasaje, viajar cada 15 días y con esta situación de la pandemia uno no puede ni salir de aquí”, cuestionó Castro, quien recuerda que los perdigones que impactaron el rostro de su hijo fueron disparados por un funcionario policial que está en libertad y no ha respondido por sus actos.
Entretanto, otros familiares de reos en el Cicpc de la capital llanera también se mostraron en desacuerdo por los anuncios de traslados a la cárcel larense, al Centro de Formación del Hombre Nuevo “el Libertador”, en Tocuyito y el Internado Judicial de Anzoátegui, también conocido como Puente Ayala.
Algunos parientes indicaron que si los presos son oriundos del estado Guárico deberían ser trasladados a la cárcel de San Juan de los Morros. Aseguran que no cuentan con los suficientes recursos económicos para gastos de alimentos y transporte a centros penitenciarios en otros estados, lo cual tampoco sería posible mientras se mantenga la radicalización de la cuarentena en el país.
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